Hace apenas unos días un periódico nacional publicaba un artículo referente a la locura que se está viviendo en Estados Unidos en el mercado de coches de segunda mano.
La incertidumbre se ha establecido en todos los ámbitos económicos porque nadie es capaz de predecir cuánto va a durar el terrible conflicto armado, hasta cuándo será capaz Rusia de aguantar las sanciones económicas que ya le han impuesto Europa y Estados Unidos, ni tampoco hasta dónde se extenderán éstas.
Es innegable que España siempre ha sido un país eminentemente turístico y que va a seguir siéndolo según vayamos remontando la pandemia. Los datos del año 2021 comienzan a ser esperanzadores, pues ya nos visitaron 31,1 millones de turistas extranjeros, frente a los sólo 18,9 millones del año anterior.
Empezamos este año con un ligero optimismo por parte de la Comisión Europea en lo referente al crecimiento del PIB español, un 5,6% para 2022, una décima más de lo que preveía dos meses antes.
Es evidente que, en estos momentos, la apuesta política de futuro a nivel mundial para la movilidad pasa por el coche eléctrico para evitar la contaminación.
Hace apenas dos meses, todas las previsiones económicas de los principales organismos nacionales e internacionales coincidían en señalar un final de año de cifras espectaculares en torno a la recuperación del consumo y de la economía española en general.
En cifras, el estudio de Deloitte anticipa que el gasto medio por hogar será de 631 euros, lo que supone un 14% de incremento respecto a la Navidad de 2019, justo antes de la aparición de la pandemia, cuando el gasto se situó en los 554 euros.
Con nuestros movimientos muy limitados debido a los confinamientos continuos, nuestra forma de vida es ahora muy diferente. La mayoría de la población apenas sale, el teletrabajo se ha instaurado a marchas forzadas en muchas empresas y los viajes de todo tipo han disminuido drásticamente.
“Año de nieves, año de bienes”, es un clásico del refranero español que esperamos que en algún momento de 2021 se haga realidad, porque lo estamos necesitando después de tantas fatalidades acumuladas. Pero la realidad es que el comienzo de año no ha sido el más idóneo para que se cumpla el refrán, dados los cuantiosos daños que ha ocasionado la borrasca Filomena.