Una vez terminadas las comilonas, planteadas los nuevos propósitos del año y recogidos los adornos navideños, toca levantar la vista para conocer cómo se presenta este 2025 que acabamos de estrenar y cuáles son los principales retos y oportunidades que pueden verse en el horizonte.
No hay que olvidar que, aunque los datos económicos son muy positivos, sobre todo relacionados con el resto de nuestros vecinos europeos, sigue habiendo aspectos problemáticos que debemos tener presentes para estar suficientemente preparados, y oportunidades que debemos aprovechar para mejorar nuestra situación económica.
1. Aumento de precios de los servicios y productos básicos
Uno de los desafíos más significativos es el aumento de precios en servicios esenciales como la electricidad y los alimentos básicos. El IVA de la electricidad ha vuelto al 21%, y los cargos fijos de la factura han subido un 33%. Además, productos como el aceite de oliva, el pan, la leche y los huevos ahora tributan al 4% de IVA, en lugar del 2% anterior. Aunque es cierto que se trata de un clásico de principios de años, las subidas en esta ocasión están relacionadas con la bajada del IVA que aprobó el Gobierno para afrontar la crisis de la inflación y que, ahora, tocar devolver a su porcentaje habitual. Esta situación hará que, si habitualmente el inicio de año ya supone una subida de costes, este año lo vayamos a notar un poco más.
2. Incremento en tarifas de telecomunicaciones
Empresas como Vodafone, Telefónica y Orange han anunciado aumentos en sus tarifas de entre un 3% y un 6%. Estos ajustes, aunque aparentemente pequeños, pueden sumarse y representar una carga adicional para los consumidores que ya están ajustando sus presupuestos debido a otros incrementos. En cualquier caso, cabe recordar que existen en el mercado una gran diversidad de proveedores de telecomunicaciones y que será bueno hacer una revisión de factura y una comparativa con otras ofertas del mercado.
3. Problemas de accesibilidad a la vivienda
No se trata de un problema generalizado, pero sí muy importante, sobre todo para un amplio sector de la población como son los jóvenes. Aunque el tema de la vivienda ha vuelto a ponerse entre las prioridades sociales, las administraciones central y autonómica (de la que dependen la mayoría de las competencias en este ámbito), se han lanzado a realizar anuncios que, dado el tiempo que se necesita para ampliar el parque, no parece que vayan a suponer una solución a corto plazo.
4. Incertidumbre en el mercado laboral
La tasa de desempleo está en niveles muy esperanzadores, sin embargo, el paro sigue siendo un hándicap de nuestra economía, sobre todo en relación con economías de nuestro entorno. Si es cierto que la situación es muy positiva en estos momentos, también es cierto que amplios sectores sociales sufren este problema que afecta sobremanera a la hora de plantear su futuro y conseguir la estabilidad económica necesaria para desarrollar una vida plena.
5. Impacto de la política exterior
A diferencia de las problemáticas anteriores, el impacto de la política exterior es un aspecto que aparece este año de manera particular, dada la nueva situación en Estados Unidos. El regreso de Donal Trump a la presidencia plantea un nuevo escenario internacional e introduce una serie de incertidumbres que no favorecen a la economía. Las amenazas de aranceles y guerras comerciales pueden aumentar los precios de los productos importados y afectar la disponibilidad de ciertos bienes en el mercado. Hay que recordar además que en breve habrá elecciones en Alemania, lo que redunda en la incertidumbre política que en nada ayuda a la estabilidad económica de Europa, sobre todo, teniendo en cuenta que la economía alemana era habitualmente la locomotora del continente.
1. Transformación digital y avances tecnológicos.
La digitalización sigue avanzando a pasos agigantados, lo que genera nuevas oportunidades en el mercado laboral y en la calidad de vida. La adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y la automatización puede mejorar la eficiencia y productividad de las empresas, ofreciendo al mismo tiempo nuevas oportunidades de empleo en sectores innovadores.
2. Inversiones en energías renovables.
La transición hacia una economía más verde y sostenible está en pleno auge. Las inversiones en energías renovables, como la solar y la eólica, no solo ayudan a combatir el cambio climático, sino que también generan empleo y fomentan el desarrollo de nuevas tecnologías. Los consumidores podrían beneficiarse de una reducción en los costos energéticos a largo plazo.
3. Impulso al emprendimiento
El apoyo al emprendimiento y la innovación está en aumento. Con programas de financiación y ayudas para nuevas empresas, los emprendedores tienen más oportunidades de lanzar proyectos y contribuir al crecimiento económico. Esta tendencia puede impulsar la creación de empleo y ofrecer nuevas alternativas para los consumidores.
4. Mejora en infraestructuras
Las inversiones en infraestructuras, como el transporte público y las comunicaciones, pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los ciudadanos. Proyectos de modernización y expansión de infraestructuras pueden facilitar la movilidad y la conectividad, reduciendo costos y tiempos de desplazamiento.
5. Comercio internacional y nuevos mercados
La apertura de nuevos mercados y acuerdos comerciales puede ofrecer oportunidades para las empresas y los consumidores. Un comercio internacional más fluido puede traducirse en una mayor disponibilidad de productos a precios competitivos, beneficiando a los consumidores y dinamizando la economía. Debe tenerse en cuenta que España se está convirtiendo en una economía exportadora y que, sobre todo, a partir de la crisis del covid, las empresas han puesto sus objetivos en los mercados exteriores.
En conclusión, aunque 2025 presenta desafíos económicos importantes, también ofrece numerosas oportunidades que, de ser bien aprovechadas, pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los españoles. Es esencial que las políticas públicas y las iniciativas privadas trabajen en conjunto para mitigar los retos y maximizar las oportunidades, promoviendo así una economía más equitativa y sostenible. Ahora, sólo queda estar preparados para conseguir que 2025 sea definitivamente nuestro año.