Hemos recibido con entusiasmo el visto bueno de la Comisión Europea para que España reciba próximamente un nuevo tramo de ayudas de 12.000 millones de euros del fondo de recuperación Next Generation.
Aunque las últimas previsiones han reducido significativamente el crecimiento económico esperado para España en el presente año, lo cierto es que seguirá siendo uno de los países europeos con mayor proyección. Y, sin duda, el turismo va a ser un elemento esencial en el impulso de nuestro Producto Interior Bruto.
El impulso al coche eléctrico va tomando forma, ya que las ventas de este tipo de automóviles suman en España un incremento del 35,4% en los cuatro primeros meses de este año, con 6.608 unidades matriculadas, según la Asociación Española de Automóviles y Camiones (ANFAC).
La inflación desorbitada está repercutiendo notablemente en el consumo, pero no sólo a nivel nacional, sino en todo el mundo.
Hace apenas unos días un periódico nacional publicaba un artículo referente a la locura que se está viviendo en Estados Unidos en el mercado de coches de segunda mano.
La locura bélica emprendida por Putin en Ucrania continúa elevando la terrible cifra de víctimas mortales. Asimismo, la guerra ha destrozado todas las perspectivas de recuperación económica inmediata que vaticinaban los expertos y organismos internacionales, sometiéndola a una ralentización que será proporcional a lo que dure la invasión rusa.
La incertidumbre se ha establecido en todos los ámbitos económicos porque nadie es capaz de predecir cuánto va a durar el terrible conflicto armado, hasta cuándo será capaz Rusia de aguantar las sanciones económicas que ya le han impuesto Europa y Estados Unidos, ni tampoco hasta dónde se extenderán éstas.
Es innegable que España siempre ha sido un país eminentemente turístico y que va a seguir siéndolo según vayamos remontando la pandemia. Los datos del año 2021 comienzan a ser esperanzadores, pues ya nos visitaron 31,1 millones de turistas extranjeros, frente a los sólo 18,9 millones del año anterior.
Empezamos este año con un ligero optimismo por parte de la Comisión Europea en lo referente al crecimiento del PIB español, un 5,6% para 2022, una décima más de lo que preveía dos meses antes.