Existen ejemplos de mala praxis entre los banqueros, entre los abogados, entre los periodistas, deportistas, comerciales y hasta entre los políticos. 

Se trata siempre de casos concretos y poco habituales que, precisamente por este motivo, son noticia. Por lo tanto, no pueden generalizarse unas situaciones que se dan en todos los ámbitos de cualquier sociedad para calificar a todo un sector económico o social. 

En el ámbito financiero en España se han dado casos, sin duda, que han tenido mucha relevancia informativa relacionadas sobre todo con los intereses o comisiones cobrados en algunos casos muy concretos. Por supuesto, la justicia actúa en estos casos y se solventa cualquier irregularidad que pueda detectarse, siempre atendiendo a la salvaguarda de los derechos de los ciudadanos, como es lógico en un Estado de Derecho. 

En cualquier caso, tampoco puede ocultarse que hay ciertos despachos de abogados sin muchos escrúpulos que están aprovechando lo anecdótico para sacar tajada dibujando una situación de abuso que nada tiene que ver con la realidad. 

Tampoco en estos casos se puede generalizar, la gran mayoría de los profesionales del derecho realizan una labor encomiable, pero también existen un tipo de pequeñas entidades que han encontrado en las redes sociales una oportunidad para captar clientes a cualquier precio. Esto significa que no tienen problemas en utilizar cualquier vía para hacer negocio, aunque para ello se roce o directamente se mienta sobre productos y servicios bancarios. 

Estos abogados, reconvertidos en influencers, hablan directamente de entidades y de productos concretos, prometiendo a los clientes un resarcimiento sin base legal alguna sobre contratos que se ajustan a lo establecido legalmente. Sin duda, se trata de una actitud poco edificante porque se lleva a los potenciales clientes a embarcarse en disputas jurídicas que (y lo saben perfectamente), carecen de toda viabilidad y supondrán un revés económico para el cliente incauto. 

Se podría decir que se está llevando por determinados despachos del mundo de la abogacía hacia espacios sensacionalistas que acaban repercutiendo sobre el prestigio del sector. En cualquier caso, como decíamos anteriormente, se trata de casos aislados que, para nada, desmerecen la labor para un sector tan importante para una sociedad como es el mundo del derecho. Sin embargo, bien harían los colegios de abogados en tomar medidas y tratar de establecer límites a aquellos que demuestren un desprecio total por las reglas más básicas que deben regir las relaciones dentro de una sociedad. 

Sofinco Grupo Credit Agricole