Los últimos datos publicados por el Banco de España, relativos al mes de septiembre, en cuanto a los créditos concedidos por las entidades financieras a las familias e instituciones sin ánimo de lucro, constatan un suave descenso paulatino de las necesidades de financiación durante los tres últimos meses.
Los números, cuando se analizan fríamente sin estudiar el trasfondo que los conforma, pueden desvirtuar la realidad, esto es lo que está sucediendo en buena medida con las ventas en el sector de la automoción, en el que hay mucha más demanda de la que las estadísticas mensuales nos indican.
El Banco de España señala una vez más al consumo privado como “el motor fundamental del crecimiento” tanto para este año como en los próximos trimestres.
Es bien conocido que España es uno de los países por cuyas carreteras circula un parque automovilístico de los más antiguos de Europa.
Uno de los aspectos más relevantes, sino el que más, para que se produzca un aumento del consumo es que vaya acompañado del crecimiento de los índices de empleo.
La restricción de la movilidad a causa de la pandemia ha supuesto muchos cambios en los hábitos de vida de la población. Pero el que más ha afectado, sin duda, es el de limitarnos la libertad para realizar los viajes de placer, según los datos reflejados en una encuesta efectuada recientemente por la agencia de viajes online eDreams.
En el último año, por razones obvias, hemos tenido que realizar cambios radicales e inmediatos en torno a nuestro trabajo, relaciones sociales, ocio, consumo… En definitiva, en nuestra forma de vida.
La Comisión Europea anuncia que permitirá a empresas y consumidores tomar decisiones más precisas, con arreglo a sus intereses, a la hora de fabricar o de comprar determinados productos, sabiendo los tiempos con los que cuentan para cumplir con las nuevas leyes que se instauren.
La euforia registrada en los últimos meses por el buen ritmo de la vacunación ha conseguido dar un giro importante al elemento clave de la recuperación económica: el consumo.