Como ya es tradicional, el fin de semana del 1 de noviembre llenará calles y locales de todas las ciudades de muertos vivientes, monstruos, vampiros y brujas en busca de diversión. Aunque se mantiene la tradición española relacionada con los difuntos, estas fechas han pasado a estar copadas por la tradición anglosajona, exportada directamente de EE.UU, y más vinculada al ocio y la diversión, que al hecho religioso.
Por lo tanto, podríamos decir que Halloween, con su mezcla de cultura pop, consumo estacional y marketing emocional, ha consolidado su presencia en España como una oportunidad de negocio que crece año tras año. Detrás de la careta y el disfraz se esconde un gigantesco mercado que mueve anualmente miles de millones de euros y supone un nuevo catalizador para la economía del país.
La industria cinematográfica americana ha tratado en multitud de ocasiones esta festividad en la que los niños disfrazados recorren sus barrios llamando a la puerta de los vecinos pidiendo caramelos ante la tradicional pregunta de ¿truco o trato? Y si echamos un vistazo a las cifras que mueve este negocio, la respuesta a esta cuestión nos lleva a concluir que predomina el “trato”, sobre el ”truco”; el negocio, sobre el resto de las cuestiones relacionadas con la fiesta de Halloween.
Según recoge The Kollective, portal de información del sector de los eventos (https://thekollective.es/el-boom-de-halloween-en-espana-en-cifras/), y atendiendo a cifras de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), en 2023 los españoles invirtieron más de 400 millones de euros en Halloween, distribuidos entre diferentes sectores de actividad:
Aunque España ha adoptado Halloween con entusiasmo, el gasto por habitante aún está lejos del de otros países europeos. Nos superan en gasto Francia o Reino Unido, aunque la mayor inversión se produce, como es lógico, en EE.UU., con casi 11.000 millones de euros.
Halloween también impulsa el consumo cultural, especialmente en el cine. Octubre se convierte en el mes más rentable para el género de terror en España como podemos comprobar por las cifras de asistencia a las salas:
El cine de terror representa hasta el 27% de la taquilla nacional durante Halloween, superando incluso a los estrenos familiares y de acción. Además, plataformas como Netflix, HBO Max y Filmin refuerzan su catálogo con maratones temáticas, lo que incrementa el consumo de este tipo de películas.
Implicaciones para el consumo y la financiación
Halloween se incorpora, por tanto, al maratón que suponen las vacaciones, la vuelta al cole y posteriormente el Black Friday, las Navidades y la cuesta de enero. Por tanto, se añade una mayor presión a la economía de la familia que debe buscar opciones para poder hacer frente a estos nuevos gastos. La financiación supone, en estos casos, una oportunidad para poder afrontar los costes de una manera más equilibrada. En este sentido, alrededor de las compras de Halloween podemos encontrarnos diferentes productos que nos ayuden en esta situación como pueden ser los microcréditos, loa pagos a través de tarjeta o aprovecharnos de las campañas de fidelización que incorporan algunos establecimientos.
En definitiva, podría decirse que Halloween ya no es solo una noche de disfraces. Es un termómetro del consumo emocional, una palanca de ventas y una nueva oportunidad para la revitalización de la economía y el consumo en unas fechas que, hace tan solo unos años, carecían de cualquier atractivo.