Consumo

Necesitamos más bienes y menos nieves

“Año de nieves, año de bienes”, es un clásico del refranero español que esperamos que en algún momento de 2021 se haga realidad, porque lo estamos necesitando después de tantas fatalidades acumuladas. Pero la realidad es que el comienzo de año no ha sido el más idóneo para que se cumpla el refrán, dados los cuantiosos daños que ha ocasionado la borrasca Filomena.

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Además, a los confinamientos territoriales provocados por el tercer repunte de la pandemia se ha unido el confinamiento inesperado provocado por la nevada más intensa en varias décadas y una ola de frío también histórica. Las consecuencias originadas son, al menos temporalmente, muy negativas para la recuperación del consumo y va a ser necesario aplicar fórmulas muy ingeniosas y coordinadas entre todas las partes para que la maquinaria comercial vuelva a rodar con cierta normalidad.

Para empezar, lo más lógico es que se prorrogue el periodo de rebajas más popular que se produce en enero, ya que suele ser el tercer mes con mayor consumo del año, y todas las adversidades climatológicas y sanitarias han impedido al consumidor realizar sus compras habituales.

En realidad, los consumidores acumulan ya diez meses de semiparalización en sus desplazamientos, con lo cual la actividad comercial es la más resentida de la actual crisis. No hay más que observar los índices de la tasa de ahorro de los hogares, que según Funcas se situaba en el 22,5% en el segundo semestre del año pasado, mientras que el valor medio desde 1999 hasta 2019 había sido del 8,2%. Funcas considera que en el segundo semestre de 2020 es posible que esa tasa de ahorro haya disminuido algo, pero en cualquier caso seguirá muy por encima de la habitual.

Es un ahorro mayoritariamente forzoso por las circunstancias indicadas, que esperamos muy pronto comiencen a darse la vuelta. Para cuando esto se produzca, deberían estar en marcha una serie de estímulos administrativos significativos que permitan la aceleración de esa vuelta a la normalidad de la actividad comercial y económica. 

Una de las pocas industrias asentadas en nuestro país con proyección internacional es la de la automoción. En el mercado interior, y como consecuencia de la pandemia, se aprobaron ayudas de 250 millones de euros para el Plan Renove y otros 100 millones más para el Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (Moves) hasta el pasado 31 de diciembre.

La realidad, es que de esos 250 millones tan sólo se han utilizado 50, bien por las condiciones que se requerían, por el corto periodo de tiempo disponible o por cuestiones puramente económicas o conservadoras de los compradores ante la incertidumbre sanitaria existente.

Lo más sensato, es que esos planes de ayudas se prorroguen ahora para paliar de algún modo la subida media del 5% que se ha producido en el impuesto de matriculación al incluirse estándares más exigentes de la medición de emisiones de CO2. Asimismo, sería conveniente que se revisen las condiciones exigidas para que puedan acceder un mayor número de consumidores al tipo de vehículo que desean adquirir. Porque es una industria vital para nuestro país y porque es imprescindible renovar la flota de vehículos, una de las más antiguas de la UE.

La recuperación del turismo, una vez que se extienda la vacuna conta el Covid-19, será también un apoyo imprescindible para el comercio en general y para la automoción en particular, ya que las empresas de alquiler de vehículos son unas de las más dinamizadores del sector.

Desde Sofinco continuamos trabajando como financiera para concesionarios, ofreciendo nuestra financiación en los puntos de venta para todos los consumidores que quieran adquirir un vehículo nuevo o usado, con tarifas muy competitivas y por un periodo de hasta 10 años. Asimismo, estamos especializados fundamentalmente en la financiación de bienes y servicios.

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