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Un año de cambios forzados

Con nuestros movimientos muy limitados debido a los confinamientos continuos, nuestra forma de vida es ahora muy diferente. La mayoría de la población apenas sale, el teletrabajo se ha instaurado a marchas forzadas en muchas empresas y los viajes de todo tipo han disminuido drásticamente.

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Emulando el título de la canción “Cómo hemos cambiado”, de Presuntos Implicados, podríamos empezar este artículo para referirnos a las innumerables alteraciones que se han producido en nuestra vida desde que hace un año entrara en España el primer caso de Covid 19. Nuestras relaciones sociales, laborales, hábitos, ocio, consumo… Todo ha cambiado en estos últimos doce meses de una manera drástica, rompiendo cualquier molde establecido hasta ese momento. 

Con nuestros movimientos muy limitados debido a los confinamientos continuos, nuestra forma de vida es ahora muy diferente. La mayoría de la población apenas sale, el teletrabajo se ha instaurado a marchas forzadas en muchas empresas y los viajes de todo tipo han disminuido drásticamente.

Las calles principales de nuestras ciudades y los parajes más espectaculares de nuestra geografía, abarrotados de turistas habitualmente, se encuentran ahora casi vacíos. Las estadísticas presentadas en los últimos días son demoledoras. De 83,5 millones de turistas extranjeros que visitaron nuestro país en 2019 hemos pasado a casi 19 millones, un 77% menos. Y en términos económicos, los turistas foráneos gastaron en España 19.740 millones de euros, una cifra un 78,5% inferior a los 91.912 millones de 2019.

No nos cabe duda de que la situación remontará inmediatamente una vez que los programas de vacunación contra la pandemia avancen en los distintos países. Es muy posible que las ayudas que se están debatiendo en estos momentos en nuestro país destinadas a la hostelería, al comercio y al sector del turismo serán imprescindibles para que todo vuelva a funcionar como antes. Lo importante es que las diferentes administraciones se pongan de acuerdo cuanto antes para no demorar más la situación antes de que sea inviable la recuperación. 

No nos cansaremos de repetir que es prioritario que el motor del consumo se restablezca en cuanto las condiciones sanitarias lo permitan, pero va a necesitar de estrategias, programas y mecanismos eficaces y coordinados para aprovechar al máximo las ayudas de la Unión Europea y de las propias administraciones nacionales. Sólo así se logrará la recuperación del empleo perdido, o “dormido” a causa de los ERTEs.

Ese aumento del empleo, la eliminación de los confinamientos cuando se pueda y la actividad normalizada de comercios, hostelería y turismo proporcionarán la recuperación de nuestro Producto Interior Bruto a tasas precovid.

Así recuperaremos los índices de turismo de 2019 y no volveremos a los de 1969, como ha ocurrido en 2020. Los hogares españoles volverán a tener tasas de ahorro en torno al 8%, y no del 22,5% forzados por la pandemia. Nuestros hábitos de consumo se normalizarán de nuevo, ya que todas las restricciones lo han hecho variar tanto que hasta el Instituto Nacional de Estadística está revisando a fondo el Índice de Precios al Consumo (IPC) para adecuarlo a los tiempos de la pandemia.

Hasta nuestra forma de pago ha cambiado drásticamente al reducirse en un 50% el uso de dinero en efectivo por temor a los contagios. Eso se traducido en que la extracción de dinero de los cajeros automáticos ha descendido a niveles de hace 18 años, y que el pago con tarjeta bancaria o con el móvil (bien mediante las tarjetas incorporadas o por Bizum) se haya duplicado. 

Estos últimos cambios relativos a los pagos han llegado probablemente para quedarse, pero el resto deberíamos superarlos en cuanto venzamos clínicamente a la pandemia. Son especialmente llamativas las cifras registradas este mes de enero en la venta de vehículos, con una caída del 51,5%, la más alta desde 1989, año en que se inició este recuento por parte del sector. No obstante, hay que ser justos y no atribuir todo este descenso al Covid 19. Las intensas nevadas y heladas que ha sufrido todo el país han tenido mucho que ver, pero también el incremento de los impuestos de matriculación y la retirada de las ayudas del Plan Renove y del Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (Moves).

Las autoridades competentes deberían pensar en la dinamización de este sector industrial, uno de los pocos con los que cuenta este país, y establecer nuevos canales de ayuda para recuperarlo.

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